16 Jun Hablamos sobre el bruxismo
Quizás hayas notado que tus dientes están más cortos e irregulares que antes o tienes sensibilidad a alimentos que nunca habías tenido e incluso te levantas con dolor de cabeza…, pues es probable que seas apretador y/o rechinador de dientes y no lo sepas. Este mal hábito se denomina bruxismo y se desarrolla mayoritariamente por la noche aunque hay personas que por el día ante situaciones de estrés también lo hagan. El bruxismo diurno se asocia más a una sobrecarga muscular de los maseteros. Sin embargo, el bruxismo nocturno se manifiesta con apretamiento y/o rechinamiento de dientes.
Es un problema muy extendido hoy en día y lo padecen más personas de lo que pensáis. Hay muchos factores de riesgo como el estrés, ansiedad, hábito oral neurótico o psíquico, desordenes oclusales (mordida incorrecta, apiñamientos) además de problemas asociados al sueño como el sueño ligero.
Las consecuencias del bruxismo son muchas y muy importantes, y no hay que dejarlas de lado, como problemas en la articulación temporomandibular (ATM) llegando incluso a limitaciones en el movimiento de abrir y cerrar la boca, sonidos articulares, dolor e inflamación articular provocadas por las grandes fuerzas tensionales que realizan los músculos, episodios de fatiga y rigidez muscular, sobre todo por la mañana y por la noche. También puede aparecer una hipersensibilidad, esto es debido a que al rechinar los dientes de forma continua, el esmalte se erosiona dejando expuesta la dentina mucho más blanda y sensible y ante cualquier estimulo frío, calor, ácidos el dolor puede llegar a ser muy desagradable e intenso.
El tratamiento de este mal hábito es multidisciplinar y multifactorial, es decir, hay que tratar de encontrar que situaciones son las que nos provocan este problema y tratar de solucionarlas. Muchas veces el estrés es uno de los factores más importantes y hay que tratar de aliviarlo con actividades que nos relajen y nos ayuden a focalizarlo y eliminarlo. Por otro lado, también tenemos que acudir a nuestro dentista de confianza para que nos haga una exploración y nos diagnostique que grado de bruxismo tenemos y que tratamiento es el más adecuado para nosotros, para poder así paliar los efectos tan perjudiciales que nos provoca este mal hábito.
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